Burbuja de sueños.

Yo sueño con cosas imposibles porque veo que cosas imposibles pasan todos los días.

martes, 29 de junio de 2010

Mi vida sabor agridulce.

Hoy sentí un sabor diferente en mi boca.
Hoy que sentí tus labios contra los mío,
descubrí un nuevo sabor, diferente de todos los que ya había probado antes.

Si, hoy me diste de probar

El dulce sabor a libertad en mi caminar.
El agrio sabor al desapego.
El saciable sabor a hermandad.
El fuerte sabor a esperanza.
Y el amargo sabor a diferencia.

Todo eso llegó hoy a mi vida y eso que de tu boca solo salió el inexplicable sabor agridulce que no quiero dejar de disfrutar.

jueves, 3 de junio de 2010

Una vida sin razón

Te agarro la vida por sorpresa un lunes en la noche, te despertaste donde no querías estar, con un hombre desconocido a tu lado, al cual insultas y degradas día a día.

Muchos hijos la vida te dio, si te casaste y saliste de blanco de la casa, justo como la sociedad quería que fuera. Esa sociedad que hizo que la única forma en que salieras de ese inferno que llamabas casa, fuera casándote; casándote con un hombre al que nunca amaste y siempre esperaste que cambiara para bien, y si, si cambio, pero según tú, ahora es peor.

De nada te conformas, nada te apetece y esperas a que tu alrededor cambia, exiges cambio de todos los que te rodean y no te das cuenta que a la que le urge un cambio es a ti y es que el mundo cambia, el universo fluye y tú te quedaste estancada, vez a todos pasar tan de prisa, solo los observas y te hundes más, tienes tanto miedo…

Día con día es un maratón, tu quejándote del pasado, del futuro, sin poder vivir ningún minuto en el presente. Atorada en ese pasado tan horrible que te toco vivir y preocupada por el futuro, que a su momento se convierte en ese pasado el cual solo sirve para quejarte, sin poder vivir ningún puto momento en el presente y así vas día con día arrastrando tristezas, alimentándote de rencores, cocinando venganzas imaginarias.

Pobre de ti, los problemas te sorprendieron día a día, tomando decisiones equivocadas y cada vez el problema de fondo se tornaba más y más confuso. Preferiste engañarte y vivir una mentira. Pobre de ti, nunca fuiste lo suficientemente valiente para preguntarte que querías, te fue más fácil echarle la culpa a lo que te rodea: tu madre que no te quiso, tus hermanos con sus odios y rencores, tu esposo que más que un apoyo lo convertiste en un estorbo más. Pobre de ti, creando muros alrededor para que la gente no se acerque, no te toque, no te haga ver la triste mentira en la que estás viviendo.

¿Qué acaso a lo largo de tus años no pudiste detenerte, parar tu vida un segundo, preguntarte que te haría feliz y luchar por eso? Pero no, terminaste como muchos, en una vida que no te gusta y siendo parte de esa sociedad que se dedica a destruir los sueños de los demás porque no son capaces de ver que alguien si tuvo la fuerza y el coraje para enfrentar a la vida y hacer lo que realmente lo hacía feliz, porque al ver a estas personas que realmente lograron su meta, les recuerda que ellos no pudieron, que ellos se dieron por vencido o aun peor que ni siquiera lo intentaron y encuentran una mejor solución excluyéndolos, llamándolos locos, raros o anormales. ¿Desde cuándo la anormalidad es buscar la felicidad y encontrarte a ti mismo, encontrar tu verdadero destino?

Decidiste encajar con esta sucia sociedad, esta sociedad que se come a la gene, la cual me está escupiendo poco a poco.